«¡Pobre
Madrid, la supuesta aborrecida sede del centralismo castellano! ¡Y
pobre Castilla, la eterna abandonada por Reyes y Gobiernos! ¡Qué
sarcasmo! Ella, despojada primeramente de sus libertades bajo el odioso
despotismo de Carlos V, ayudado por los vascos, sufre ahora la amargura
de ver cómo las provincias más vivas, mimadas y privilegiadas por el
Estado le echan en cara su centralismo avasallador:
vedla posternada y sumisa una vez más a los pies de sus ambiciosos
explotadores, para quienes representa simple colonia industrial. Por
acordarse demasiado de los demás, se ha olvidado de sí misma. Carece de
carácter, personalidad y de elevadas aspiraciones.»
Palabras del inmortal científico Santiago Ramón y Cajal en su obra «El mundo visto a los ochenta años» (1939).
Palabras del inmortal científico Santiago Ramón y Cajal en su obra «El mundo visto a los ochenta años» (1939).