Zocodover. Homenaje Comuneros 2011

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lunes, 28 de diciembre de 2020

Castillafobia

 

Castillafobia

Publicado en eldebatedehoy.es

https://eldebatedehoy.es/noticia/sociedad/23/10/2020/castillafobia/



Publicado por José F. Peláez | 23 de octubre de 2020







Mientras los caminos se caen y nuestros viejos tienen problemas para ir al médico, tenemos que aguantar a pijos de Neguri, a snobs de Sant Gervasi o a imbéciles de Beverly Hills diciéndonos que representamos lo peor.




La Castilla que tenemos en la cabeza es la creación de dos vascos –UmanunoBaroja-, de un gallego –Valle-Inclán-, de un alicantino –Azorín– y de dos andaluces -los hermanos Machado-. La generación del 98, que tanto daño ha hecho a la imagen de mi tierra, ve en Castilla -en su paisaje, fundamentalmente- un reflejo de sus angustias, la aridez del alma, el dolor de la soledad y no sé qué otras gilipolleces de personas nacidas en la tibieza de los climas periféricos y que, simplemente, aquí tenían frío. Cuando un castellano tiene frío, se calienta, no lloriquea. Y cuando tiene miedo, se defiende.

En Castilla, la generación del 98 sublima el ideal de la España poderosa, libre, conquistadora, incumbente e imperial que, sin duda, fue en otros tiempos. Porque lo fue. Y lo fue precisamente por obra y gracia de Castilla, de su liderazgo y de su brillantez. No olviden nunca que América es una empresa castellana, no exactamente española. Es Castilla la que pone el dinero, la determinación y los hombres. Castellanas son las banderas de los barcos. Y, por supuesto, también castellanos los muertos. Y las estrecheces y las consecuencias en forma de ruina. La gloria, Habsburgo. Los muertos, castellanos. El mármol en Viena. En mi pueblo, el adobe.

Castilla nunca jamás -y digo nunca jamás- disfrutó de los frutos de su predominio, como sí hicieron ingleses, franceses o turcos con sus imperios. Tras la Reconquista, América. Y después Lepanto y Flandes. Y luego las independencias americanas. Y Filipinas. Y luego una guerra contra los franceses, y luego las guerras carlistas. Y luego una guerra civil. Son 12 siglos en guerra sin parar. Pero eso, fuera no se ve. Los reflejos del poder dejan ciegos los ojos que no saben mirar.

La Castilla de Delibes

Mientras se pasa hambre de puertas para dentro, Castilla brilla de puertas para fuera, y brilla en una época muy concreta, alejada del derroche, la fiesta y los excesos palaciegos. Eso se lo dejamos a los flamencos, que disfrutaron como enanos de toda la riqueza expoliada a Castilla. Digo flamencos porque los Habsburgo españoles solo tienen de Habsburgo el apellido paterno. Su personalidad es totalmente materna, es decir, Trastámara. No hay más que ver El Escorial, no hay más que conocer sus costumbres, su exquisita cultura y su refinamiento intelectual y moral. Y su austeridad, la tremenda elegancia de no parecer un protestante y la determinación en las formas y en el fondo. Y es así porque los Trastámara no dejan de ser una rama bastarda de los Borgoña que hacen la mayor parte de la Reconquista. Por lo tanto, esta monarquía hispánica, que hunde sus raíces en la Alta Edad Media, se identifica con austeridad material y espiritual, con trascendencia, con guerra, con muerte y con silencio, porque no puede identificarse con otra cosa. Solo hemos salvado al mundo del islam -dos veces, primero en la península y luego en Lepanto- y del éxito total del cisma luterano, que no se hace contra el Vaticano sino contra España. La cabeza de la Iglesia es, en muchos momentos, nuestro rey y no el Papa.

Pero insisto: los fuegos de artificio solo se ven desde lejos. Y el carácter adusto y frío, una anécdota que el 98 eleva a categoría porque los sorprende. ¡Pero cómo quieren que seamos! La realidad es muy distinta. Decía Umbral que Delibes «desnoventayochiza» Castilla. Delibes responde: «Siempre he dicho que eres un hombre despierto». Desnoventayochizar -el palabro se las tiene- es El camino, son Las ratas y son Los santos inocentes, obras que narran la realidad del campo castellano, la verdad sin sacarina, las cosas como son, la estampa de una tierra abandonada, humillada y vejada tras haber dado todo a España, al catolicismo y al mundo en general, a través de sus leyes, su cultura, sus universidades, su idioma y su visión humanista del hombre.

Odian a España porque odian a Castilla y odian a Castilla porque se odian a sí mismos

Todo nacionalismo lo es en cuanto que se considera diferente a Castilla. Y no conozco a nadie que, al decir que se siente diferente, quiera decir que se siente peor. Se sienten diferentes porque se sienten mejores y se sienten mejores porque, a través de Castilla, ponen coto y linde a sus complejos. Nuestra historia es épica, sí. Y victoriosa. Y gloriosa y brillante y admirable y nuestros hijos se salen en el informe PISA y muchas cosas más.

Pero somos pobres, somos pocos y estamos muriéndonos. Mientras eso pasa, mientras los caminos se caen y nuestros viejos tienen problemas para ir al médico, tenemos que aguantar a pijos de Neguri, a snobs de Sant Gervasi o a imbéciles de Beverly Hills diciéndonos que representamos lo peor, que somos racistas, fascistas, azote de los pueblos, censores, inquisidores, asesinos, imperialistas y no sé cuántas cosas más. Y vemos cómo se tiran estatuas de nuestros mejores hombres ante el silencio cómplice de esta nación aborregada. Meterse con Castilla ahora es como meterse con un niño autista y con discapacidad en el patio del colegio. Es bullying institucional. Pero quería haberlos visto meterse con esta tierra cuando se desangraba por ellos.

Odian a España porque odian a Castilla y odian a Castilla porque se odian a sí mismos. Es un asunto resuelto ya por lo «freudiano». El hombre nuevo contra el viejo mundo, contra sus padres, contra sus abuelos. Contra la Cultura. Contra los mitos y las proyecciones del alma. Es el momento de desdecir al 98 y volver a Delibes. Solo cuando dejen de decirnos quiénes somos, podrán entender quiénes somos de verdad.


La Dulzaina Castellana

 La Dulzaina

EXTRAIDO DE LA CONFERENCIA: FABRICACIÓN DE LA DULZAINA Y OTROS INSTRUMENTOS DE VIENTO-MADERA.


Concejo Dulzaineros Toro de la Vega. Tordesillas 1993

La dulzaina es un instrumento de viento-madera de forma troncocónica en la que el sonido se produce por la vibración de una doble lengüeta de caña vegetal.

La Dulzaina es un instrumento musical tradicional en Castilla, si bien está extendida por todo el mundo y en España también se toca en otras regiones con distintas afinaciones, por ejemplo: en Valencia y Alicante se están afinando en SOL y en FA, y en MI bemol actualmente para tocar en las bandas, en Barcelona en FA (gralla), en la Rioja en FA,... 

Sin embargo, es en Castilla donde la dulzaina se perfecciona y alcanza unas características propias. La dulzaina castellana se diferencia de todas en que con ella se puede conseguir una escala cromática, al poseer llaves para los medios tonos, tiene más extensión (aunque podría agregársele aún dos llaves más), y su sonido es más grave que las de otras regiones.

La dulzaina castellana antigua no tenía llaves o registros y fue el constructor de Valladolid Ángel Velasco el que en los últimos años del siglo XIX la adaptó dos llaves de clarinete y a partir del siglo actual ocho, pasando el instrumento de la escala diatónica a la cromática que es la que actualmente disfrutamos.





En la dulzaina podemos distinguir tres partes:
1.- La caña, pita o pipa.
2.- El tudel
3.- El cuerpo de la dulzaina
1.- La caña, pita o pipa:
Es la que se encarga de producir el sonido. Consta de dos palas o lengüetas atadas y que posteriormente se unirán al tudel.
La materia prima que se usa para su construcción es la caña vegetal. No sirve cualquier caña, las que se usan están plantadas especialmente para música. La tierra se ara, se siembra y se planta de tal manera que estén aireadas. Ha de tener como mínimo dos años para ser cortada. Dicen los expertos que debe de ser cortada en luna llena en la primera quincena de enero (porque es cuando la savia está más muerta), normalmente no se hace así. A la hora de cortarlas se calibran.
Las cañas las venden ya cortadas y secas. Después de cortadas tienen que estar por lo menos un año soleándose. El soleado les va a dar un temple especial.
Cuando ya se han soleado se cortan en canutos y se procede a hacer la tablilla. De un canuto salen dos o tres tablillas. Se calibra la tablilla a unos dos milímetros y luego se cortan con plantilla los trozos que se van a usar.
Se seleccionan dos palas de la misma dureza, se les da forma a máquina y se procede al atado. Tradicionalmente el atado se ha hecho con cabo de zapatero, actualmente hecho a máquina, se ata con alambre y luego se forran con hilo.

El alambre sirve para preparar la abertura, se usa un alambre dócil y que no oxide. El hilo actualmente sirve para que no se escape el aire, suele ser un hilo fuerte y de grosor normal. En la fabricación de las pitas intervienen seis máquinas, tres para cortar y preparar la caña, dos para hacer más fina la paleta (dos calibres) y una para atar (antes lo hacía con una sola máquina y tenía que montar, desmontar y calibrar muchas veces lo que hacía que el trabajo fuera incómodo por lo que el uso de seis máquinas hacen un trabajo más especializado). Todas las máquinas que utilizo para esto son de invención propia.

2.- El tudel

Es la pieza de metal que va a servir de puente de unión entre la pita y el cuerpo de la dulzaina.

Es uno de los elementos más importantes de la dulzaina. Normalmente los hago torneados y a veces soldados, de lata, y repasados al torno (Si están bien hechos da lo mismo).

Sirve para afinar ciertos tipos de dulzaina. Puede ser más largo o más corto según el constructor. Una vez torneado se hace el vaciado, que es una continuidad del pabellón de la dulzaina y ha de tener el mismo calibre.

En la parte de unión con el cuerpo lleva una banda de corcho o hilo con el fin de que no pierda aire el instrumento.

3.- El cuerpo de la dulzaina

Se pueden usar distintos tipos de madera para su construcción. Hay que buscar maderas que tengan sonoridad. No importa la dureza pues hay maderas blandas que suenan bastante bien y a la inversa.

El ébano para mí es el que ofrece mejor sonido. Otras maderas que dan buen sonido son: granadillo, wengué, palorrosa, bubinga, boj canadiense (el nacional no porque se tuerce), algarrobo macho, guayacán y olivo. Casi todas son de importación. Un ejemplo de madera dura que no suena bien es el palorrojo.

Antes de la fabricación y una vez comprada la madera, bien a medida o en tablones, hay que seleccionarla ya que no toda es aprovechable. El ébano ha de secar a la sombra durante muchos años, es muy delicado. Es el ébano un árbol de corteza blanca y negro el interior, de él se suele aprovechar todo. Del wengué el corazón no sirve y de la bubinga se puede utilizar todo.

Una vez cortada la madera a la medida se sierra y se cilindra, después del cilindrado suelo hacer el vaciado. Para hacer éste uso el torno; se meten distintos tipos de brocas y por último la pieza (escariador) que va a dar forma final al pabellón de la dulzaina. Esta pieza está diseñada por ordenador.

Una vez hecho el vaciado hago la parte externa usando un torno copiador y automático y antes de hacer las ventanas o agujeros se afina la última nota (SI), acortando un poco si es necesario.

Para hacer las ventanas (agujeros) hay que tener en cuenta tres variables que son:

· Punto en el que va situada en el cuerpo de la dulzaina y anchura del pabellón en ese punto.

· Diámetro de la ventana.

· Distancia entre ventanas.

Para hacer todo esto me ayudo del diseño del ordenador.

Se afina después la escala diatónica y luego, al poner las llaves, la cromática.

Las llaves que se montan sobre la dulzaina y que tienen como fin el poder tapar determinadas ventanas suelen tener tres piezas:

· Cazoleta,

· Eje

· Rabo de la llave

Se emplea para su fabricación latón. Al trozo de metal se le da forma limándolo y soldando con plata las distintas piezas. También podrían hacerse fundiendo el metal y usando un molde. Después de lijadas y pulidas se les da un baño de cromo.

Para fijar las llaves sobre el cuerpo de la dulzaina se usan unos pilares (hechos a torno) que van roscados. Entre estos pilares se asentarán las llaves que llevan un muelle para que realicen su función. Suele ser el muelle un alambre de acero que sale del pilar taladrado al tetón de la llave para hacer girar a éste. Hay otros tipos de muelles en espiral, sobre todo en las llaves largas.

En las cazoletas van montadas las zapatillas que están construidas con un cartón recubierto de badana. La función de las zapatillas es tapar los agujeros.

Hay ocho o nueve llaves distintas en cada dulzaina.

También llevan las dulzainas varios cerquillos de adorno y algunas casquillos de metal en los agujeros.

Una vez terminada la dulzaina se comprueba su afinación usando para ello un afinador electrónico.

Las dulzainas de ébano y granadillo no se barnizan para que se vea su acabado. Las otras sí.

EVOLUCIÓN DE LA DULZAINA

Se está consiguiendo mejorar la dulzaina en muchos aspectos:

· Las pitas son mejores, no se cierran con la humedad como las antiguas, son más finas y de mejor sonido.

· Introducción de llave de agudos y de rodillos que mejoran la digitación.

· Realización de dulzainas en cualquier tipo de afinación.

· Tendencia a obtener sonidos potentes con el mínimo esfuerzo.

Ya no se parecen a las antiguas, han ganado considerablemente, aún así nunca se llega al perfeccionamiento máximo. Hoy por hoy la dulzaina puede ser mejorable.