“«Tú,
tierra de Castilla, muy desgraciada y maldita eres al sufrir que un tan noble
reino como eres, sea gobernado por quienes no te tienen amor»”(pasquines
aparecidos en las puertas de las iglesias antes de la revuelta de las
Comunidades de Castilla, s. XVI)
“La sangre
de los Padilla, Bravo y Maldonado que corren por vuestras
venas y el
ardimiento de que guardan memoria estos pueblos de las
comunidades,
garantizan el éxito de nuestras aspiraciones y deseos.”
Pacto
Federal Castellano, s. XIX
“Traidores y criminales contra nosotros cabalgan” (del Poema “los
Comuneros” Luis López Álvarez, s. XX)
23 de abril una vez más. Feliz día de
Castilla. “Castilla miserable, ayer dominadora…” que cantase el poeta sevillano
enamorado de Soria. Precisamente ayer en la Casa de Soria, mi correligionario y
amigo el profesor Pedro Juan Sánchez en su intervención dentro de la jornada sobre
Patrimonio Cultural y Patrimonio Natural rescordaba cómo la superioridad
cultural del Egipto antiguo o de Grecia pervivió siglos después de su ocaso
socioeconómico y/o su derrota militar. O cómo países divididos como la Italia
anterior al novecento fueron referentes culturales, faros del mundo y modelos a
seguir.
Egipto, Grecia, Roma, Italia, China…. La
Castilla que descubrió un Nuevo Mundo o gestó en su seno uno de los idiomas más
hablados del orbe. La Castilla que parió
una cultura que hizo posible un Cervantes, un Quevedo, un Lope. Esa Castilla ni
está ni se la espera.
Ni existe ni quieren que exista desde la
idealizada transición. Víctima expiatoria de los intereses coincidentes de los
nacionalistas periféricos mesetófobos y el nacionalismo español.
Esa es la realidad. Otros pueblos y naciones
divididas en lo político han mantenido su identidad y herencia. Irlanda,
Escocia, Polonia, India, Kurdistán, Armenia…han pervivido como ideal de destino
común. Han sobrevivido a ocupaciones, a la negación de su lengua y cultura, hasta
a genocidios, aferrándose a sus raíces, sus señas de identidad o su religión.
Castilla en cambio asiste impasible al saqueo
de sus recursos naturales, a la despoblación, al genocidio cultura. Al
sinsentido de perder su cuna (Cantabria), la cuna de parte de su idioma y
raíces (Rioja) o de su motor económico (Madrid). A la división en 5 comunidades
autobobas a cual más absurda. A su negación ontológica, a su sacrificio en aras
del bien común.
Muchos castellanos no se sienten orgullosos de ser castellanos. Otros, como la mayoría de los madrileños, ya ni
saben que lo son.
En este día de oprobio y celebración, monopolizado
por una de las cinco comunidades, la que quiere monopolizar el nombre de
Castilla, en este día que celebramos y lamentamos la derrota de los comuneros
en las campas de Villalar, recordemos a nuestros héroes.
HONOR A PADILLA, BRAVO, MALDONADO, MARÍA DE
PACHECO, JUAN DE ZAPATA, EL OBISPO ACUÑA, ALONSO DE ARREO Y A TODOS LOS QUE
VERTIERON SU SANGRE POR LA NACIÓN CASTELLANA.
Feliz día de Castilla. Feliz día de la
derrota
(Publicado originalmente en el blog "el Pepinillo Mutante")